Esta semana me han pedido alguna recomendación para tapear en Sevilla. Así, sin más, en una ciudad donde cada callejuela tiene su tasca, y cada tasca su especialidad.

De la pringá al solomillo al whisky y del serranito al rabo de toro, cada persona tiene sus parroquias preferidas. En mi caso, aprovecho cada viaje para presentar mis respetos en lugares como Casa Morales y la bodega Santa Cruz (en la zona de la Catedral), la bodega San José de la calle Adriano, y Las Golondrinas en Triana. Tampoco puede faltar El Rinconcillo, del que dicen que es el bar más antiguo de Sevilla, a unos pasos de la seta del Espacio Metropol Parasol.

En los últimos años se ha producido un auténtico boom de la tapa de autor, con todo el riesgo que eso tiene en un sector orientado al turista más influenciable. Aún así, no nos equivocamos si vamos a comer un huevo trufado sobre bizcocho de boletus en el Eslava junto a la Alameda. Más pijo, pero recomendable también, es el ambiente del Zelai, junto a la Plaza Nueva. Las tapas de diseño también han llegado a Triana, con el Puratasca y sus piruletas de chorizo.

Por zonas

Alameda de Hércules: Casa Ricardo, Casa Vizcaíno y Las Columnas. Cerca también está el Bar Eslava y La Azotea.
Catedral y Santa Cruz: Casa Morales, Casa Plácido, Las Teresas y Bodega Santa Cruz-Las columnas.
Arenal y aledaños: Bodega San José, bodeguita Antonio Romero, Casa Matías y Mesón El Serranito. También recomendable el solomillo al whisky de Alquimia 29.
Triana: Las Golondrinas, y Casa Diego

Hasta aquí mis humildes, y limitadas, recomendaciones, de lo imprescindible a lo pintoresco (enlace a foursquare). Son bienvenidas las sugerencias para actualizar la lista y que todo el mundo pueda disfrutar de la visita Sevilla como merece.