La Cueva De Valporquero y la zona de Vegacervera en León
Qué importante es el azar y las experiencias personales vividas para que un destino se te quede marcado. Y algo así nos pasó cuando íbamos de camino a la Cueva de Valporquero, concentrados en el destino final no sabíamos que el trayecto iba a ser parte crucial, a descubriros una zona que desconocíamos totalmente. Y es que todo el camino que lleva a la cueva, es un destino digno de ser explorado a fondo, y al que sin duda volveremos.
Tras salir de la carretera principal te adentras sin darte cuenta en las Hoces de Vegacervera. Un camino serpenteante entre grandes paredes verticales de roca caliza que superan los 100 metros de altura y que, además, tuvimos la suerte de ver repleto de agua. El río que lo atraviesa es el Torío que va junto a la estrecha carretera. El duro (y largo) invierno que estamos pasando nos hizo contemplar un espectáculo casi irrepetible, ya que según íbamos adentrándonos en las Hoces, la niebla en lo alto del valle y la nieve recién caída junto a varios saltos de aguas nos hicieron simplemente alucinar ante tal espectáculo de la naturaleza.
Seguramente en otra estación también será bonito, pero la conjunción de todos los elementos dejó con la boca abierta hasta a nuestra guía, habituada a ir por allí.
Cueva de Valporquero
Nuestro auténtico destino, cubierto de nieve (en pleno abril, algo totalmente inusual) es un espacio único mucho mayor de lo que nos imaginábamos.
Detrás no tiene una historia de grandes descubridores que derepente se encontraron con ella, siempre ha sido conocida por los habitantes de la zona, pero no fue hasta el año 1966 cuando se abrieron sus puertas como explotación turística, y por tanto, cuando se empezó a poner en valor su interior.
Tiene unos dos millones de años de existencia y a día a día de hoy sigue siendo una cueva activa, es decir, que sigue formándose y cambiando.
La cueva tiene una longitud de 3km y medio repartidos entre su galería superior e inferior. Y hoy en día más de 77.000 personas la visitan cada año.
La parte superior es una visita de fácil acceso y más turística. En ella el agua fue abandonando sus recorridos hace unos 400.000 años y continuando su curso hacia la galería inferior. El haber podido visitarla tras meses de lluvias nos ha hecho llevarnos otra imagen, ya que el ruido ensordecedor de los saltos de agua y del afluente río interior nos hizo verla en plena en acción. ¡Una auténtica pasada!
La cueva está dividida en las siguientes zonas:
- Microlagos en la entrada de la cueva cuyos reflejos hacen dudar si son espejos o es sólo agua
- La sala de la maravillas formada por miles de puntiagudas estalactitas
- Hadas, tuvimos la suerte de verla con una pequeña cascada de unos 15 metros de altura. ¡Una pasada!
- El Cementerio estalactítico una enorme sala repleta de estaláctitas y estalagmitas
- La llamada Gran Vía una enorme galaría que sobrecoge. ¡Digna de ver!
- La llamada Columna Solitaria que recibe su nombre por la solitaria y esbelta columna que se eleva entre una multitud de agujas estalactíticas.
¡Atención! En el interior hace frío y hay bastante humedad, tened precaución sobretodo si viajáis en verano de llevar ropa de abrigo.
Curiosidades...
Nos contó un descendiente de la zona una historia que está sin documentar pero que es muy curiosa. En la guerra civil, la gente seguía haciendo su vida al margen de las batallas. En las montañas los conflictos se viven de una manera más alejada, pero pese a intentar vivir al margen, según se iban “conquistando” pueblos la gente que habitaba en ellos los iban abandonando y desplazándose al que estuviera más cercano. Hasta que llegó el momento en que no cabían en los pueblos que quedaban libres. Por ello, entre 6 y 8 meses hubo un pueblo entero que decidió desplazarse e irse a vivir al interior de la cueva. Imaginaros las duras condiciones de vida que tuvo que haber en el interior, pues ahora, pensad en cómo tuvo que ser dar a luz en su interior ya que en ese periodo hubo 3 bebés que nacieron allí. Dos de ellos viven aún y de hecho una de las señoras es vecina del pueblo de Vegacervera.
¡No te pierdas nuestro video por el interior de la cueva!
¿Qué actividades se pueden hacer por la zona?
Antiguamente fue una rica zona minera, al tener asegurada la subsistencia no buscaban otra forma de atraer ingresos. El cierre de las minas conllevó una huida de la población hacia zonas grandes y cierto abandono de los pueblos. Hasta que hace unos años emprendedores de la zona decidieron hacer una apuesta por un turismo de calidad y sostenible con propuestas inmersivas para dar a conocer las riquezas y el valor de Vegacervera.
La actividad “reina” es visitar la galería inferior de la cueva de Valporquero equipados de equipo de espeleología. Se trata de una aventura ideada para la gente que no necesite tener mucha experiencia por un corrido de río subterráneo de 3 km. No se puede practicar durante todo el año, ya que Hay que que esperar a que baje el nivel del agua para poder hacer esta ruta.
Está pensando para vivir una auténtica aventura, por eso se hace en grupos pequeños, de unas 8 o 10 personas, y acompañados de dos guías. Hoy en día ha conseguido que sea el auténtico motor turístico de la cueva, consiguiendo que unas 4.000 personas lo prueben cada año, cuesta unos 60€ por persona y quienes lo prueban consigue este tipo de declaraciones tan rotundas: “Una de las mejores experiencias de mi vida”.
Pero además de la cueva la zona ofrece muchas opciones. En Invierno se pueden hacer rutas con raquetas para caminar por la nieve y también ofrecen cursos de iniciación al alpinismo. Todas ellas están pensadas para poder practicar en familia, por eso son actividades sencillas.
Otra alternativa son las rutas de senderismo interpretado. Rutas micológicas en temporada que tienen un “plus”, no solo incluye la búsqueda y recogida de setas , sino que después te enseñan a cocinarlas.
También hay oferta de turismo activo como son el barranquismo, la escalada, etc.
Gastronomía
Otro de los extras de esta zona, como todas las propuestas, quieren que sean lo más sostenible posible por ello ofrecer la gastronomía más tradicional de la montaña con productos de KM0. Algunos de los platos que nos puedes dejar de probar por tu paso por Vegacervera es la cecina de vacuno, los judiones de La Bañeza con “todos sus sacramentos” que son la panceta, el chorizo y la morcilla, el bacalao al ajo arriero, y dos platos únicos de esta zona: la cecina de chivo y la tarta de queso de Mosto (se llama así pero no porque sea una variedad de queso, sino por Mosto el señor que hace los quesos). Os recomendamos que vayáis al restaurante La Roca, donde podréis probar todos los productos de la zona en un ambiente que fusiona lo tradicional de la zona con decoración moderna.
Como veis, la Cuevas de Valporquero son una escapada perfecta para un fin de semana intenso, no os limitéis a una visita rápida y sumergiros en la cultura de la zona para vivir una auténtica experiencia inmersiva.
