A casa de José Saramago en Lanzarote, un viaje a la intimidad del premio nobel

A casa de José Saramago en Lanzarote, un viaje a la intimidad del premio nobel

“o fim duma viagem é apenas o começo doutra” José Saramago

Sentimiento casi de molestar, sensación de no “yo no debería estar aquí … La visita a la casa museo de José Saramago es un viaje directo a la intimidad del premio Nobel. El tiempo parece haberse detenido en su casa, cada rincón, hueco de la pared o libro apoyado sobre la mesa da la sensación de que acaba de ser colocado por él o su mujer, Pilar Del Río.

Los guías que te acompañan, más que hacer de mediadores, se convierten en anfitriones, explicándote con orgullo y detalle el porqué de cada objeto, la historia detrás de cada cuadro, dibujo o foto familiar como si fueras un invitado en la casa. Y es que entre estas cuatro paredes todo tiene un relato; fue regalado por otro artista tras leer una obra, traído tras encontrar un tesoro en un anticuario de cualquier ciudad remota o buscado para representar la historia lusa tan presente en este hogar.

José Saramago vivió en la localidad de Tías en Lanzarote aproximadamente los últimos 20 años de su vida. Allí aprendió a amar la isla y sus características especiales, poniendo en valor el origen de la isla canaria. De sus vivencias surgió el libro Cuadernos de Lanzarote (Volumen I y II). Nuestro “anfitrión” comentaba como José Saramago enseñaba con orgullo la alfombra de la entrada de la casa hecha a base de piedra volcánica de la isla o como todas las tardes terminaba el día sentado en una gran piedra volcánica situada en el jardín mientras miraba al horizonte.

Durante la visita, no hay prisas ni tiempos establecidos, puedes estar el tiempo que necesites en las habitaciones observando cada detalle y preguntando la procedencia, el guía te cuenta la historia encantado. Una de la zona que más personal me pareció fue su despacho, desde ahí se escribieron algunas de las obras maestras de la literatura contemporánea, entre ellas, “Ensayo sobre la ceguera”. Entre fotografías personales, retratos de otros escritores a los que admiraba, copia del diploma del Nobel que recibió, ilustraciones de amigos, piedras recogidas de diferentes lugares del mundo o su colección de plumas, es fácil recrear su rutina y casi te parece escuchar de lejos el tecleo del ordenador mientras escribía o corregía algún texto.

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En esta casa se siente el amor, el amor en todos los sentidos, a la vida, a los ideales, a la amistad y a la idea de que un mundo mejor sería posible sólo con la voluntad de quienes lo habitamos.

Quien visite su casa podrá recrear una costumbre que tenía José Saramago, el timbre de su casa no funcionaba bien, así que cada vez que sonaba salía abrir a quien fuera en persona, la mayoría de las veces eran seguidores de su obra de diferentes lugares de mundo pidiendo que les dedicada un libro. Saramago, les invitaba a entrar y mientras les escribía unas letras, les convidaba a un café. En la visita a la casa, siguen invitando a un café en la mesa de su cocina por las que pasaron más que ilustres personas de la vida contemporánea compartiendo mesa, charla y debate. La mesa testigo de esas grandes reuniones, conserva incluso los restos de quemadura  de unos cigarrillos de Santiago Carrillo.

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Justo en la acera de enfrente, tuvieron que construir una casa adicional para poder albergar todos los libros del matrimonio, ya que se quedaron sin espacio. En la biblioteca hay más de 15.000 títulos de su colección personal, el guía otra vez haciéndote sentir que invades una intimidad que no te pertenece, te lee alguna de las dedicatorias personales que tienen esos libros, todas escritas con una familiaridad y un cariño que sólo puede ser fruto de una relación sincera y profunda. Hay, por ejemplo, del gran Gabriel García Márquez (firmando como no, como Gabo), Vargas Llosa, y un larguísimo etcétera. Presidiendo este edificio hay un gran olivo, que fue traído en un avión comercial entre las piernas de Saramago para tener un poco de la esencia portuguesa en Lanzarote, a base de muchos cuidados, consiguió que creciera pese que el clima de la isla no es el más propicio, ese símbolo es el que han elegido como logo de la Fundación de José Saramago.

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Para terminar, hay una pequeña tienda, con precios más que asequibles, de souvernirs. Lo interesante es que disponen de varias obras del autor traducidas a múltiples idiomas, ¡hay incluso en coreano! Con una edición exclusiva y sellado con ex-libris para recordarte tu paso por el hogar de Saramago.

Es una lástima que los intereses políticos vuelvan a estar por encima del interés general. Tener la posibilidad de estar en la casa y en la intimidad de un premio nobel y un autor tan importante como José Saramago, es algo único. En el museo recogen firmas para pedir a las autoridades que señalicen cómo llegar a la casa, ya que muchos fans llegados de diferentes partes del mundo sólo para ver la casa, tardan horas en encontrarla debido a que no hay carteles indicando donde se encuentra. Más allá de creencias políticas que pudiera tener y que choquen con el gobierno de turno, hay algo que tiene que preceder sobre todas las cosas, y son los valores de Lanzarote y la puesta en valor de lo que la hace única, y sin duda A Casa de Saramago es un valor turístico único en el mundo.

 

Dirección: C/ Los Topes,2 Tías - Lanzarote

Horario: De lunes a sábado de 10. 14:30

Precio: 8€ / 2€ para residentes en Lanzarote

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