Tadoussac, sentir que las ballenas nadan contigo

Tadoussac, sentir que las ballenas nadan contigo

Tadoussac se encuentra a unos 200 kilómetros al norte  Québec, en Canadá. Es un pequeño pueblo de pescadores rodeado de una belleza natural espectacular, le rodean parques naturales y se encuentra en la desembocadura del río Saguenay con el río San Lorenzo. Pese a lo bucólica que es esta pequeña población, no atraería a las masas de gente que acuden allí si no fuera por algo que la hace única: la facilidad que hay en sus aguas de poder avistar ballenas.

Para llegar hasta allí hay que ir en coche y la única forma de acceder es a través de un ferry que hace que el camino sea aún más espectacular. La carretera se acaba y te encuentras ante ti el imponente fiordo de Saguenay, el trayecto en ferry dura unos 15 minutos y puedes bajar del coche sin problemas. Es gratuito y hay varios trayectos al día.

Cuando llegas a Tadoussac te encuentras con un pueblo con aires franceses, como toda la zona de Québec, que se ve sobrepasado por la invasión de turistas que recibe. Esta localidad tiene una población de apenas 800 habitantes, sin embargo, recibe cada año más de 300.000 visitas.

Hay que llegar antes de las 3 de  la tarde y existen varias excursiones al día. Los billetes puedes comprarlos antes por Internet o acercarte a alguna de las múltiples agencias. Existen dos opciones de embarcaciones en el puerto, o en barco o en zodiac. Sin duda, os recomendamos ir en zodiac  ya que al ser una embarcación más ligera puede acercarse más a las ballenas.

Cuando lleves una hora de trayecto empezaras a pensar en la mala suerte que tienes que no haber visto nada, sólo simpáticas focas marinas que te acompañan todo el trayecto como si jugaran contigo. Los lugareños saben donde están, y cuando paren el motor y empieces a observar a tu alrededor, veras unas imágenes que se grabaran en tu retina: ballenas a pocos metros de ti nadando a su antojo. La proximidad acongoja al ver su magnitud y  sentirte tú tan pequeño en una embarcación que con un aletazo pueden hacerte desaparecer. No tengas miedo y disfruta de sus nados, de cómo salen y entran del agua como si nadie las estuviera mirando.

Merece la pena, sin lugar a dudas, acercarte hasta Tadoussac a ver las ballenas.  La mejor época es de mayo a octubre y aunque la naturaleza es caprichosa y puede que  las probabilidades hagan que no tengas mucha suerte viéndolas, aún así, acércate. Es el pueblo más antiguo de Canadá, existe desde antes que las ciudades de Québec y Montreal, por lo que tiene mucho encanto no sólo por su emplazamiento geográfico y por su naturaleza, sino también por su historia y sus cafés  con encanto.

 

Consejos útiles:

No te confíes con la distancia, aunque está a unos 200 kilómetros de Québec, se tardan unas 4 horas en llegar. Ten en cuenta que son carreteras comarcales y el tiempo que se tarda en subir al ferry,  donde suele haber atascos en horas punta.

Aunque llegues en pleno verano, te darán un kit antifrío para montar en la zodiac digno del polo norte. Úsalo, las aguas heladas y el viento cortante harán que no te arrepientas.

Tomate algún medicamento para el mareo, la embarcación se mueve mucho y es una pena que te pierdas un espectáculo inolvidable por estar echando las tripas por la borda.

 

Sao Paulo desde el aire, de la naturaleza virgen a la selva de asfalto

Sao Paulo desde el aire, de la naturaleza virgen a la selva de asfalto

Casa de Francisca, acogedor local con espectáculos de música intimista