Nunca hubiésemos podido imaginar que tan cerca de Buenos Aires, a sólo unos 30km de distancia, se encontrase este reducto de paz que parece que te teletransporta a un lugar alejado del bullicio de la ciudad y donde la exuberante naturaleza y los canales inundan cada rincón de esta localidad. Una buena opción si buscas desconexión y tranquilidad en tu paso por la ciudad.

¿Qué tiene de especial Tigre? La Venecia argentina

Y es que así es conocida por muchos. Ya que lo que hace única a esta ciudad son sus múltiples canales que recorren la ciudad. Navegar por ellos es toda una experiencia, puedes ver las diferentes y espectaculares casas construidas que hay, cada cual más bonita con sus embarcaderos en la puerta y todas hechas a base de madera. La mayoría están muy cuidadas y conservadas y es que hay mucha gente que vive durante todo el año a pesar de no disponer de agua potable ni gas.

Cerca de donde se encuentra la Estación Fluvial hay varios quioscos que venden los tickets para paseos turístico en barcos de madera, duran aproximadamente una hora y con él recorres varios canales y ríos. Otra opción más económica, es subirte a un colectivo, es un barco que funciona como transporte público para los habitantes de allí, pregunta bien trayectos y horarios de vuelta.

¿Qué ver?

Hay gran variedad de planes que ofrecen a sus visitantes, el principal atractivo, es la opción de hacer deportes acuáticos. Acoge gran cantidad de clubs de remo por eso es fácil ver entre sus canales a gente desde principiante a profesionales practicando el deporte e incluso pruebas de competición oficiales.

Otra de sus atracciones es el mercado de Puerto de Frutos una enorme extensión peatonal junto al puerto repleta de puestos de productos artesanales a precios mucho más económicos que en Buenos Aires donde puedes encontrar sobretodo productos de decoración para casa, muebles hechos a mano, todo tipo de plantas y flores (¡baratísimas!). Lo mejor es brujulear entre los puestos sin prisas, los fines de semana se suele llenar, por eso recomendamos tener paciencia para visitarlo, pero aún así, no dejéis de venir.

Caminar por el Paseo de la Victorica, una zona tranquila repleta de restaurantes a la orilla del río donde poder ver pasar a los barcos, gente haciendo deportes náuticos, y observar las espectaculares casas que rodean esta zona. La mejor parte para comer en algunos de sus restaurantes en nuestra opinión. Te sorprenderá el soniquete que te acompañará durante el paseo, un constante ¡Ohhh! al unísono, no te asustes, son los gritos del cercano Parque de la Costa, un parque de atracciones que es considerado uno de los mayores de Argentina y de Sudamérica.

Visitar el Museo de Arte de Tigre (MAT) que alberga exposiciones de arte contemporáneo y talleres, aunque su principal atractivo es el espectacular edificio que lo acoge. Un antiguo hotel que data de 1890 ideado con lujo europeo y que llegó a ser casino ycentro neurálgico de quedadas de toda la sociedad porteña.

Los fines de semana y festivos se puede visitar el edificio de China Town, un espacio lleno de puestos de productos asiáticos y comida china. Situado a la orilla del río en la puerta también hay foodtrucks, estate atento a su programación porque tiene una agenda bastante activa.

Pasear por las calles próximas a Saénz Peña y Coronel Morales y descubrir sus modernos locales de muebles artesanos decorados con un aire industrial donde plantearte qué puedes hacer para llevarte esos muebles únicos a tu país. Además, proliferan restaurantes bio, cafeterías con conceptos innovadores como tiendas de decoración en su interior, floristerías-cafés, etc.

Tigre es toda una sorpresa para el visitante, una forma de hacer turismo con otros ritmos y disfrutar de la cara menos conocía de la capital porteña. Sí puedes, escápate a Tigre sin dudarlo, y si además es verano, intenta dormir en algunas de sus cabañas de madera. ¡Una experiencia inolvidable!