El suelo más sagrado del siglo XX

 

Salvo que sepa hablar polaco, nadie prestará atención al hablar de Oświęcim. Sin embargo, es imposible nombrar Auschwitz sin provocar un escalofrío en el oyente. 

Auschwitz, ese campo de concentración que se compone realmente de tres, debería ser de visita obligatoria para todos, y por supuesto es imperdonable no hacerlo si pasas por Polonia. 

Algunos datos del horror: más de un millón de asesinatos. 30 toneladas de Zyklon B. Las postales ya conocidas, el “Arbeit Match Frei”, la vía de tren que parece interminable. Alambradas, torres de vigilancia, barracones. Las cámaras de gas y los crematorios. Las maletas y el cabello humano, las muñecas y los trajes de rayas. Pero también un hermoso bosque alrededor.  Aquí estuvieron Ana Frank y Primo Levi. También Mengele y Rudolf Höss.

Sin embargo, los datos, fríos, no dicen mucho. Son las sensaciones las que quedarán grabadas en nuestra memoria para siempre. Es un recorrido opresivo, a pesar de estar bajo cielo abierto. Aún rodeado por cientos de personas, no hay experiencia más íntima y devastadora que ver lo peor que el ser humano ha sido capaz de entregar. La conciencia también debe ser parte de nuestros viajes.

 


Datos prácticos: Situado en la Alta Silesia, a 43 kms. de la bellísima Cracovia, desde donde se puede contratar el traslado fácilmente. Se mantienen 155 edificios aún en pie en una extensión de 200 hectáreas entre los campos I, II (Birkenau) y III. Recibe 1.400.000 de visitantes al año.

Web: http://en.auschwitz.org/m/

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