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San Juan de Gaztelugatxe, joya del Cantábrico

Parada obligatoria en la ruta por la costa vasca, la iglesia de San Juan de Gaztelugatxe, es una de las vistas más espectaculares del Cantábrico.

Su incomparable localización hace de esta iglesia uno de los puntos turísticos más bellos del País Vasco, ubicada en la localidad vizcaína de Bermeo. Merece la pena desviarse de la ruta sólo para visitarla.

La casi impronunciable palabra gaztelugatxe, para aquellos que no hablen euskera evidentemente, proviene de gaztelu, "castillo", y aitz, "roca" o "peña", es decir "peña del castillo" o "castillo de la peña". 

Aunque su acceso no está hecho para todo el mundo, desde que se deja el coche hasta el inicio de puente hay una ruta de media hora cuya dificultad es media. Una vez se llega al puente nos esperan 241 peldaños de escaleras zigzagueantes. Tened esto en cuenta antes de aventuraros y, sobretodo, llevad calzado y bebida para el trayecto. Una vez se consigue llegar, os aseguramos que el esfuerzo habrá valido la pena.

La iglesia data del siglo X, aunque hay historiadores que se remontan al siglo IX, ha sido escenarios de batallas, asaltos de piratas y morada de peregrinos. El paso del tiempo hizo que en el año 1886 fuera totalmente  derrumbada y reconstruida, es la que en la actualidad se conserva.

En 1886, tras la reconstrucción total, fueron tirados al mar todos sus tesoros: objetos religiosos, bolas de cañón, monedas de piratas,… Así es, “Spain is different”

Otro de los secretos que atesora, es el restaurante Eneperi, allí puedes dejar el coche en el parking gratuito y obtener como recompensa tras la dura ruta una rica comida en algunos de sus salones o comprar a un precio bastante económico en el kiosko el menú para los merenderos con vistas a la preciosa isla de San Juan De Gaxtelugatxe.

Jardines del restaurante Eneperi

Tal vez te suene la imagen y no recuerdes bien porqué. Fue el lugar elegido para casarse por la presentadora de televisión Anne Igartiburu, que con sus tacones se aventuró  a subir, y hacer subir a sus invitados, por los 241 peldaños. Y es que es posible casarse allí, sólo para estas ocasiones dejan entrar con coche hasta la entrada del puente, pero nadie te libra de la subidita.

Durante tu estancia no dejarás de escuchar campanas, y es que según la tradición, el que toque tres veces la campana de la isla se le cumplirá el deseo que pida.

Su belleza espectacular no te dejará indiferente junto con el sonido de las fuertes olas del cantábrico rompiendo en sus rocas, un lugar mágico que lo convierte en uno de los lugares imperdibles en el País Vasco.